Si una obra deslumbra por su innovación y abre caminos inexplorados, el merito no hay que buscarlo en la obra misma sino en su acción transformadora sobre el momento histórico que la engendro. La novedad vuelve nueva sus causas, las hace nacer retrospectivamente de ella. Si el tiempo histórico nos hace vivir en lo nuevo, el relato que pretende dar cuenta del origen del arte, es decir de la innovación, deja de ser un relato: es una realidad, y a su vez la misma de siempre y de todos. Los que no crean, no tienen mas que ir y ver con sus propios ojos.

Varamo. Cesar Aira



Prueben a dejarlo todo diariamente.
El riesgo siempre está en otra parte. El verdadero poeta es el que siempre está abandonándose. Nunca demasiado tiempo en un mismo lugar, como los guerrilleros, como los ovnis, como los ojos blancos de los prisioneros a cadena perpetua.
Los burgueses y los pequeños burgueses se la pasan en fiesta. Todos los fines de semana tienen una. El proletariado no tiene fiesta. Sólo funerales con ritmo. Eso va a cambiar. Los explotados tendrán una gran fiesta. Memoria y guillotinas. Intuirla, actuarla ciertas noches, inventarle aristas y rincones húmedos, es como acariciar los ojos ácidos del nuevo espíritu.
Como me dijo Saint-Just en un sueño que tuve hace tiempo: Hasta las cabezas de los aristócratas nos pueden servir de armas.
(Fragmentos de “Déjenlo todo, nuevamente. Primer manifiesto infrarrealista”, de Roberto Bolaño)

Del otro lado de la reja esta la realidad, de
este lado de la reja también esta
la realidad; la única irreal
es la reja; la libertad es real aunque no se sabe bien
si pertenece al mundo de los vivos, al
mundo de los muertos, al mundo de las
fantasias o al mundo de la vigilia, al mundo de la explotación
              o de la producción.
Los sueños, sueños son; los recuerdos, aquel
cuerpo, ese vaso de vino, el amor y
las flaquezas del amor, por supuesto, forman
parte de la realidad; un disparo en
la noche, en la frente de estos hermanos, de estos hijos,
             aquellos
gritos irreales de dolor real de los torturados en
el angelus eterno y siniestro de una brigada de policia
            cualquiera
son parte de la memoria, no suponen necesariamente
            el presente, pero pertenecen a la realidad. La unica
            aparente
es la reja cuadriculando el cielo, el canto
perdido de un preso, un ladrón o combatiente, la voz
fusilada, resucitada el tercer día en un vuelo inmenso
            cubriendo la Patagonia
porque las
masacres, las redenciones, pertenecen a la realidad, como
la esperanza rescatada de la pólvora, de la inocencia
estival; son la realidad, como el coraje y la convalecencia
del miedo, ese aire que se resiste a volver después
            del peligro
como los designios de todo pueblo que marchar hacia
            la victoria
o hacia la muerte, que tropieza, que aprende a defenderse,
            a rescatar lo suyo, su realidad.
Aunque parezca a veces una mentira, la única
mentira no es siquiera la traición, es
simplemente una reja que no pertenece a la realidad.


                            Francisco "Paco" Urondo (De Cuentos de Batalla. 1973-1976)

un hijo de banqueros suizos y otro de madre soltera




para irse a dormir tranquilo